Revancha cumplida
Cómo hemos cambiado... Este es el título de una mítica canción de Presuntos Implicados. Es perfectamente aplicable a lo sucedido en estos 15 años que separan la sonrojante derrota en el estadio La Beaujoire de Nantes ante los nigerianos (2-3 en el arranque del Mundial de Francia 98) y el triunfo sufrido pero convincente de anoche en Fortaleza frente a Los Águilas Verdes. Basta repasar las dos alineaciones, hombre por hombre y libra por libra, para constatar lo que hemos mejorado. Haré la comparativa con los signos de la Quiniela: Zubizarreta/Víctor Valdés (2); Ferrer/Arbeloa (2), Alkorta/Ramos (2), Iván Campo/Piqué (2), Sergi/Jordi Alba (2); Hierro/Busquets (1X), Nadal/Xavi (2), Luis Enrique/Iniesta (2), Kiko/Pedro (X2), Raúl/Cesc (1) y Alfonso/Soldado (X). Y si entramos en la zona de los banquillos no hay color: Clemente/Del Bosque (2x2). Aquella selección no pasó de la primera fase clasificatoria por culpa de aquel fiasco ante esa Nigeria que lucía a gente como Finidi, Oliseh, Mutiu, Okocha o Ipkeba. Eran cuidadosos con el balón y añadían a esa técnica apreciable un potencial físico descomunal. Ellos no han variado tres lustros después. Ayer nos dieron mucha guerra y llegaron casi tanto como nosotros a gol. Pero en la orilla murieron por sus ataques de ingenuidad. Víctor Valdés y un Sergio Ramos imperial se bastaron para dejar las ofensivas de los africanos en continuos "uuuuyys" de los graderíos del precioso Estadio Castelao. Nigeria llegó a lograr que España jugase en algunas fases al contragolpe. ¡Milagro!
¡Torres vive! El Pichichi de la Confecup sigue en estado de nirvana. En sólo dos minutos en el terreno de juego recordó a Soldado que aquí no vale perdonar. En la jungla sólo sobreviven los más rápidos. Cuando Torres suplió al valenciano, sabía que tenía la oportunidad de acelerar el debate del 9. Antes de su magnífico remate a gol, mi compañero Alejandro dijo a los cuatro vientos: "¿Por qué ya nadie se tira en plancha de cabeza como en los viejos tiempos?".
Huele a Maracaná. Excita imaginar una final el domingo ante el Brasil de Neymar y Marcelo. Pero antes, humildad. Con Italia, poquitas bromas...