Con 28 años, Jordan tenía sólo un título de la NBA

Miami, Stern y Moët & Chandon. La temporada 2013-14 de la NBA terminó como vaticinó su devenir durante meses. Miami Heat, el equipo que ganó 66 partidos en temporada regular y encadenó 27 victorias, el equipo que hace dos meses llegó a un acuerdo con Moët & Chandon para que su champán Moët Ice Imperial fuera la bebida oficial del equipo durante los playoffs, logró su segundo título consecutivo. Lo hizo en una gran final, una despedida merecida para David Stern. Han sido las últimas finales auspiciadas por el comisionado que perfiló durante treinta años la liga más modélica que se conoce. En 1984 el suelo medio de un jugador de la NBA era de 250.000 dólares. Hoy en día es de 5,5 millones.

El kit de LeBron. LeBron James es el modelo de mejor jugador del mundo apoyado en dos virtudes principales: su precocidad y su capacidad de trabajo para seguir mejorando una vez asumido que es el mejor. Nunca ha tenido la confianza previa, la concesión anterior a la demostración. Su vida y su carrera se fundamenta en un desmentido hacia sus críticos. Con la edad actual de LeBron, Michael Jordan había ganado solo un título, en la única final disputada. A los 28 años James ha disputado cuatro finales y ha ganado dos. En el séptimo partido contra San Antonio anotó ocho tiros de media y larga distancia, el recurso que cuando aparece le convierte en el jugador perfecto.

Así pierde una leyenda. No pudo lucir ni presumir de Big Three San Antonio Spurs. Solo Tim Duncan estuvo a la altura de denominación e historial. Dice que ese séptimo partido le va a perseguir por siempre. Duncan no sabía lo que era perder una final. Si tenía que perder una, su currículum y su leyenda solo han permitido que fuera de esta manera: con 37 años, en el último minuto y con promedios de 19 puntos y 12 rebotes por partido en la final. Un jugador de tres décadas, de dos siglos. El mejor ala-pívot de la historia.