Ojo: está prohibido regalar prestigio

Ojo: está prohibido regalar prestigio

Dados los antecedentes de España en los amistosos, tristemente refrescados por la cantada en Miami, conviene advertir ante el partido de esta próxima madrugada en Nueva York que está prohibido regalar prestigio. No se puede ir por ahí tan descaradamente a hacer caja, con o sin subterfugios solidarios. Un equipo de fútbol de tronío, y La Roja ahora lo es, está obligado a cumplir honorablemente siempre que se viste de corto. Se puede ganar o se puede perder, eso nadie lo puede controlar, pero siempre hay que cumplir. En Miami ganó España, pero no cumplió. Aquello fue una pena.

Ahora juega en Nueva York, en el Yankee Stadium, casi el sagrado solar en el que bateaba Joe Di Maggio. Digo casi porque el estadio se reconstruyó no exactamente en el mismo solar, sino en un espacio contiguo, como va a ocurrir con San Mamés. En todo caso, es un espacio legendario, Nueva York no hace falta que digamos lo que es, y dentro de ella el Bronx tiene su punto. Y jugamos ante Irlanda, la vieja y verde Eire, que tanto ha puesto en la construcción de aquella ciudad. Irlanda es la cuarta federación de fútbol que se creó, mucho antes que ninguna del Continente. Un respeto.

Pero un respeto sobre todo a nuestro propio palmarés. No en todos los amistosos lo ha habido. De seis derrotas en el periodo de Del Bosque, cuatro han sido en amistosos, y ha habido menos amistosos que oficiales. Irlanda lo va a tomar en serio. El viejo Trapattoni les dijo a sus jugadores ayer que igual que él en su día jugó ante Pelé, Eusebio y Cruyff (fue un medio especialista en marcajes) ellos tienen ahora su gran noche ante La Roja. Del Bosque anuncia que el equipo que salga será, salvo breve retoque, el que juegue ante Uruguay en la Confecup. Mejor. Eso le da al partido un serio valor de reválida.