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Adiós a las tribulaciones del capitán

No es que en el Real Madrid viviera un infierno, ni que fuera un calvario para él ir cada día al curro. No es eso. Pero sí es cierto que, en los últimos meses, las tribulaciones de Iker Casillas aumentaron porque así se encargó personalmente su entrenador José Mourinho. Ni en público ni en privado el capitán del Real Madrid contestó al ya su exentrenador. Sólo han salido de su boca buenas palabras hacia el de Setúbal. Y no es una pose. No guarda rencor y sólo mira al futuro.

Desde que se ha incorporado a la Selección, a Casillas se le ve feliz. Bien es verdad que en el Madrid no se le veía como estaba, ni a él ni a nadie, por la bunkerización impuesta por Mou (seguro que Florentino vuelve a abrir las puertas porque el presidente se está percatando de la pérdida de imagen sufrida por permitirle todo al exentrenador). Casillas está feliz en La Roja porque los dirigentes, con Mariajo Claramunt, la mandamás aboluta de la Selección (¡lo controla todo y no se le desmanda ni uno!) a la cabeza y los técnicos le valoran, le respetan y le quieren. Como se merece el capitán de La Roja, un mito del fútbol español.