El buen sentido llega a la ACB

No hubo huelga y la segunda jornada de los playoff pudo jugarse con normalidad. Fue una suerte, porque la jornada resultó intensa, pletórica y tuvo imágenes para el recuerdo, como fue el detalle de Moncho Fernández. En el último minuto del partido fue sacando de la cancha uno a uno a sus jugadores más carismáticos para que el público les despidiera con sentimiento y emotividad. La afición del Obradoiro hizo gala de ser la mejor de todas, como así ha sido reconocida por la ACB. Santiago ha disfrutado con un gran equipo que ha dado un rendimiento extraordinario. Ha hecho del baloncesto lo que debe ser: una ciudad que respalda al equipo, que convierte cada partido en una fiesta y que justifica la inversión que se hace en él.

Para ello no hace falta gastarse una millonada o fichar jugadores o entrenadores de renombre, caso del Unicaja. El baloncesto tiene que dar un paso atrás para ponerse en la realidad, y el Obradoiro es un buen ejemplo. Ahí están también el Gran Canaria y el Bilbao forzando el tercer partido a dos de los grandes, Baskonia y Barcelona nada menos. En el baloncesto actual no se justifica pagar a nadie dos millones de euros, o más. El baloncesto ACB tiene que ponerse al día para no seguir perdiendo vagones, y una buena prueba de ello es que con la convocatoria de huelga han perdido todos. Tampoco podía ser de otra manera. De seguir así, el baloncesto reventaría. La normalidad nos trajo ayer una gran jornada, y éste es el camino.