Y Colón, ¿qué opina de esto?

Es la gota que colma el vaso, prorrumpía esta semana Collet sobre el permiso que el Ayuntamiento de Barcelona concedió para que, en contra de una ordenanza propia, la estatua de Colón vista de azulgrana hasta el 9 de junio. A menudo, y esta ocasión no ha sido menos, al perico se le tacha de victimista. Bastan dos ejemplos muy cercanos para borrar el "ismo" a la cuestión. Por ejemplo, Rosell hace dos meses explicaba a unos escolares que "hablar en catalán es demostrar que sois del Barça". O, esta misma semana (y sine die), se veía al autocar con el que los culés celebraron la Liga (decorado para la ocasión) paseando por la ciudad a turistas, como si no hubiera vida más allá del Barcelona.

Tan vulnerado ha resultado el Espanyol (y todo aquel que no es culé en la Ciudad Condal) como Colón, confundido acaso porque su Génova también viste de azulgrana. Quien no debe embrollarse es Aguirre, capaz de birlarle más puntos que nadie al Madrid este curso, cuatro, tantos como goles recibió en su primer derbi. Al final, la mejor reivindicación no sería otra que superar al Barça.