En la final ante el Real Madrid del año 1992, Schuster y Futre fueron los goleadores del Atlético y los que le dieron el triunfo al equipo rojiblanco ante el eterno rival. El portero de aquel encuentro histórico fue Abel, quien detuvo un penalti a Míchel en el tramo final del choque. Aquella parada está ya en el santoral rojiblanco. El cancerbero toledano ha admitido siempre que aquel encuentro le marcó y que fue uno de los días más felices de su carrera deportiva. Ventiún años después el Atlético volvió a imponerse a los madridistas en otra final copera. Diego Costa y Miranda fueron los goleadores, pero Courtois resultó el héroe del Atlético. El portero belga tuvo una actuación sobresaliente y se convirtió en el gran protagonista de la final de Copa. Si Abel pasó a la historia por su intervención en el penalti a Míchel, la parada de Courtois a Özil en la prórroga forma parte ya de la leyenda de la entidad rojiblanca.
Esos brazos interminables de Courtois detuvieron un balón que parecía que se colaba dentro y acabaron con el gafe madridista de 14 años sin poder ganar al Real Madrid. Un chaval de 21 años terminó de golpe con todas las maldiciones posibles. Thibaut se ha convertido ya en un meta legendario en el Atlético. Una entidad en la que han jugado porteros como Marcel Domingo, Madinabeytia, Reina, Abel o Molina. En tan sólo dos campañas se ha ganado un hueco entre la hinchada del Manzanares, que le quiere y le adora como pocos. Esos seguidores serán los más felices del mundo cuando se haga oficial que Courtois seguirá una temporada más en el Atlético. El siguiente reto está servido: con esa cara de niño picarón, 'Thibu' quiere extender esos brazos sobre la Champions.