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REAL MADRID - MÁLAGA | LA CONTRACRÓNICA

Goleada anti-alirón

En la victoria 1.000 del Madrid en Liga (también en eso los blancos han sido los primeros), el Bernabéu puso el pulgar hacia abajo a Mou y ovacionó a lo grande a su primer capitán.

Una manita feliz. Se han cumplido cinco años desde aquel pasillo inolvidable del Barça al Madrid de Schuster. Goleada imperial (4-1) y los Messi, Xavi, Valdés y compañía asumiendo su inferioridad manifiesta. Cinco años, la cuarta parte de lo que dice el tango, no son nada. Y sirven para hacernos reflexionar sobre lo cambiante del fútbol y lo frágil que es la línea entre el éxito y el fracaso. El Madrid de Mou arrojó muy pronto la toalla en esta Liga que arrancó con un dolor de muelas. Pero no fue por la "tristeza" de Cristiano, como deslizó maliciosamente Mourinho el viernes pasado dando a entender que el megacrack portugués fue el principal responsable de ese inicio tan pobre. Cristiano guardó silencio, dado que antepone su compromiso con el Madrid por encima de todo. Y replicó con goles. Muchos goles. De hecho, con el de anoche ya lleva 34 en Liga, más 12 en Champions (Pichichi de esta edición salvo que Lewandowski haga un hat-trick en la final de Wembley), 6 en Copa del Rey (la cifra puede incrementarla en la final del día 17 ante el Atleti) y 2 en Supercopa. Un total de 54, que consuman la cifra mágica de 200 desde que juega de blanco. Qué barbaridad. Erró un penalti, provocando la lesión del bravo Caballero. Pero replicó con un gol de golpe franco indirecto que acabó en la escuadra del Málaga. Cristiano no quiere broncas, quiere fútbol...

Ojo a la celebración. El fotón que preside esta página confirma el sentimiento vikingo de este portento de la naturaleza. Festejó su golazo echándose la mano al pecho y al escudo, golpeándose con fiereza, como diciendo: "Aquí meto yo los goles, aquí". Eso le vi hacer un día aquí a Etoo, el Palco no le hizo caso y acabó levantando dos Champions en el Barça. Pero, por suerte para el Madrid, Supermán juega en el Bernabéu y su contrato nos garantiza dos años más, como mínimo, de fiesta, goles y espectáculo. Encima luce con dignidad y estilo el brazalete de capitán, a la espera de que Iker y Ramos regresen al equipo. Sólo falta que Florentino se aplique y logre ampliar el contrato del mejor goleador de la historia del club. Eso motiva más a la afición que los fichajes de Bale o el Kun (Neymar, directamente, genera repulsión).

Bronca y ovación. Cuando la megafonía nombró a Pellegrini, hubo bastantes aplausos. El Bernabéu agradece que el chileno lo intentara, aunque el Alcorconazo y el Lyonazo le dejaron sin opción de seguir. Un minuto después, el nombre de Mourinho generó un broncazo casi unánime. Si me hubiera hecho caso alguna vez, hablando con amor hacia el escudo que le sigue pagando, respetando a los iconos de la afición y dejándose de elogios hiperbolizados al Barça, la gente le habría perdonado su sequía en Champions y le respetaría en su última recta.

Arbitro malo, malo. El extremeño Gil Manzano perjudicó al Málaga con una cesión que no era y permitiendo el cuarto gol con un fuera de juego previo. Eso sí, Gil Manzano machacó al Madrid en el Benito Villamarín ante el Betis, con un gol legal de Benzema anulado y un penalti claro de Nosa no señalado. Es más malo que la carne de pescuezo, como nos decían en casa cuando éramos pequeñitos...

¿Alirón? No, gracias. Muchos tuvieron que guardarse anoche los cohetes junto a Las Ramblas. Como dice mi amigo Miguel 'El del Tambor': "Ganamos el sábado en Cornellà, nos ponemos a cinco puntos y les aterrorizamos". Vamos a ello.