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Llegó el Comandante y mandó a parar

Un fantasma recorrió el Camp Nou anoche. El Betis se adelantó dos veces y los espectadores se sacudieron en sus asientos. ¿Sería posible que aún...? El culé sabe que el Madrid siempre vuelve, esa es su maldición. Perder con el Betis hubiera dado a cualquier tipo de conjeturas. En eso ‘llegó el Comandante y mandó a parar...’ Este Comandante no tiene barba, sino una zurda milagrosa. Casi bastó su aparición en la banda para que llegara el empate. Luego, en media hora, dos goles, un tiro a la escuadra, una llegada final con mano a mano que se le escapó por los pelos, lo que le provocó un enfado que pagó con la valla.

La juerga del Betis y la del madridismo indesmayable, que lo hay, pararon de golpe. Messi, como Cristiano la víspera, resolvió el partido. Ellos sobrenadan las polémicas, levantan a la afición, deforman el campeonato porque son capaces de darle la vuelta a cualquier situación. Como me dijo un amigo de Ronaldo, el otro, ‘es como tener la bomba atómica; si la guerra se te atasca, la tiras y ya está’. Estos jugadores están en el secreto de los títulos y los récords, y el punto de fatiga muscular con el que han llegado a estas semifinales ha tenido una enorme influencia en las respectivas eliminaciones.

Lejos y antes, el Chelsea ganó a domicilio al United y el madridismo lo celebró. Así será más fácil que por fin se vaya Mourinho. Que el Chelsea vaya a la Champions, por Dios, me decía un amigo, no sea que tenga que seguir por más tiempo esta pesadilla. Hasta Pepe se le ha vuelto en contra a Mou. Nada raro: a los césares los acababa matando su propia guardia pretoriana. ¿Qué podemos esperar de aquí al final? ¿Qué más bravatas, que más humillaciones para el club? En fin, que gane el Chelsea cuanto sea menester, que se meta en la Champions y que The Special One vuelva donde le quieren tanto.