...y quedamos pendientes de la Premier
Y a todo esto, hoy vuelve el Madrid al Bernabéu, tras su asalto fracasado al 4-1 que se trajo de Dortmund. El público se retiró satisfecho por el arreón final y por la dignidad de la caída, pero se ha extendido una impresión general de fin de proyecto. El propio Mourinho, siempre atento a su ombligo antes que a otras cosas, contribuyó a esa impresión con aquello de si me quieren allí y me odian aquí. Odio es mucha palabra, me parece. Lo que sí hay es bastante gente harta de él y eso incluye a muchos miembros de su plantilla (aunque no todos) y a altísimos personajes del club (aunque tampoco todos).
El caso es que nadie da un duro por su continuidad, todas las estrellas se alinean hacia el Chelsea y él, que es un personaje mucho menos directo y claro de lo que presume (dime de lo que presumes y te diré de lo que careces) nada y guarda la ropa, por si acaso. El por si acaso es que el Chelsea no se meta en la Champions, en cuyo caso la operación-retorno-a-la-Premier-donde-tanto-me-quieren no será tan apetecible. O sea, que ahora que para el madridista ha perdido todo sabor la Liga, podrá volcar su atención en la Premier, donde el Chelsea pelea con Arsenal y Tottenham por los puestos tercero y cuarto.
Salidas a los campos del Manchester United y del Aston Villa; visitas a Stamford Bridge de Tottenham y Everton. Esos son los cuatro partidos que hay que mirar. Entre ellos y la madrileñísima final de Copa (el 17) pasará el madridismo lo que queda de temporada. En eso y en los tira y afloja por Ancelotti, Lewandowski, Bale, Verratti y alguno más que aparecerá. El nuevo proyecto está en marcha, pero yo aún me pregunto qué podría pasar si el Chelsea no se clasificara para la Champions. Como siempre desde que llegó al Madrid, Mourinho tiene la sartén por el mango y el mango también.