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Mourinho se va. Casillas, titular

Cambió la tendencia. Nunca me he tomado ni un café con Mourinho. Nos hemos saludado en tres o cuatro ocasiones que hemos coincidido y poco más. No le debo nada ni él a mí. Tampoco le tengo manía ni su presencia en el Madrid me hace tener pesadillas. Evito las obsesiones en el periodismo y en la vida. Cuando me pongo ante una cámara o un ordenador intento hacerlo sin miedos ni ataduras. Seguramente tener buena audiencia te da más libertad. Y esa suerte la tenemos en Punto Pelota. El tiempo dirá si Mou ha sido bueno o malo para el Madrid. Ahora, estamos bajo el efecto que provoca en las salas de prensa, una presencia que no deja indiferente. Qué aburrido será esto cuando se marche... Ha cometido errores, muchos. Algunos viejos madridistas, los que hablan constantemente de señorío, no han acabado de aceptar su comportamiento. Son los menos. Los jóvenes le han aplaudido. Se han entregado a una forma clara de hablar y defender el club. Es políticamente incorrecto y provocador. Un estratega manejando la comunicación, detallista, obseso de la táctica y uno de los más brillantes en el manejo del grupo. Consigue que el vestuario viva en tensión. Quienes no aguantan el ritmo se caen. Pero le ha faltado La Décima. Consiguió sacar de sus casillas a Guardiola, ganarle una Liga al mejor Barça, una Copa, por el momento, y llegar a semifinales de Champions tres años seguidos. Colocó al Madrid de nuevo entre los grandes de Europa. En los últimos años lo normal era caer en octavos o salir humillado de Alcorcón. Ha cambiado la tendencia.

Las razones. Mou se va para satisfacción de muchos. Parte de la culpa es suya. Cierto. Su relación con la prensa ha sido traumática. Yo soy de los pocos que le ha defendido. Creo en la disciplina de un vestuario y entiendo que ha defendido a sus jugadores siempre, quizá demasiadas veces, en un blindaje que esos futbolistas echarán de menos. Pero enfrentarse primero a Valdano y después a Casillas ha sido demasiado. Él sabía que sentar al capitán suponía perder la batalla. El Special One asumió su marcha cuando dejó a Iker en el banco. En junio dirá adiós y Casillas volverá a ser titular. Así se acabará el problema. Seguro. Pero la afición estará muy atenta a lo que pase a partir de ese momento.

Pep y el Barça. Conozco a varios entrenadores, laureados, que siempre que llegan a un equipo establecen un pacto de no agresión con los pesos pesados del vestuario. Suelen tener pocos problemas y aguantan bastante tiempo. Eso no va con Mou. Tampoco con Pep. Le ocurrió algo parecido. Abandonó el Barça porque se enfrentó a los líderes. A algunos les dejó en la grada. No se lo perdonaron. Hizo las maletas y se fue. Los entrenadores nunca ganan cuando se enfrentan a los dueños del vestuario. Nunca.

Legado. Casillas gana. Mou pierde. Es una forma de verlo. Discrepo. La afición es la que sale peor parada con este adiós. Pocas veces he escuchado corear en un estadio el nombre de un entrenador. Él consiguió recuperar la autoestima de una afición adormecida y resignada con la superioridad del Barça. Levantó la voz. Se enfrentó a todo. A todos. Se ha desgastado. Su etapa acaba, pero los hinchas siempre le agradecerán que se haya partido la cara por el Madrid... Y Punto Pelota.