La alargada sombra de Mourinho

Mira que era sencillo. Courtois quiere seguir en Madrid. Simeone pone el nombre del jugador como prioritario para el futuro. El Atlético dispuesto a hacer el esfuerzo. Y el Chelsea encantado de que siga creciendo con los rojiblancos. No podía ser tan bonito. Siempre hay un pero. Los ingleses ya advirtieron de que la nueva cesión debería tener el visto bueno del entrenador que llegue en junio. Y ahí aparece Mourinho. ¡Qué pesadilla, por Dios! Ojo, que de confirmarse el interés del luso por tener al portero belga ya, no habría reproche alguno que hacerle. Está en todo su derecho.

Lo malo es que lo haga para blindarse y que el bueno de Thibaut acabe chupando banquillo como otro que yo me sé. Porque ya conocemos lo caprichoso que es el personaje en el asunto de porteros. Caprichoso e incoherente. Descartado que quiera llevarse a Adán o Diego López, improbable que puje por Casillas, que han sido sus tres porteros de referencia en la etapa madridista, tiene toda la pinta de que optará por repescar a Courtois tras haberle conocido de cerca. Pese a que el Chelsea es el propietario, el jugador algo tendrá que decir. Y esa es la gran baza rojiblanca.