MiniPantic y las mangas de Óliver
Un taxista colchonero se vino arriba con Simeone durante una carrera: "Míster, lo que no acabo de entender es por qué juega Raúl García de titular". El Cholo no esquivó la cuestión: "Porque me da gol". Cuando el entrenador contó la anécdota en Punto Radio (la emisora aún tenía vida y el ex de Osasuna era más bien titular), quien firma discrepó: "Ya, pero Koke, a balón parado, regala los mismos tantos o más". El técnico asintió.
No hubo lugar a más debate. Desde entonces, Koke se ha instalado en el once y confirmado su influencia no sólo en el juego del Atlético sino también en sus goles. Sobre todo a balón parado. De ahí el sobrenombre de MiniPantic. El pasado domingo, en el balneario que supuso el Granada, multiplicó su trascendencia. Fue el mejor, el asistente de tres de los cinco tantos. Lo hizo en una posición diferente a la habitual, más cercana a su preferida. Como medio centro. De Gabi, al que le tocó esta vez barrer un poco por detrás. La fórmula huele a solución sobre la que insistir.
Koke tuvo además el honor, o el atrevimiento, de entregarle al fin la primera pelota a Óliver cinco minutos después de su coreada entrada: con 21 años, dando alternativas. El crío de 18 fue el único que jugó de invierno, en manga larga, quién sabe si como novatada 'made in Cholo' para curtir hombres, una jugarreta de la firma que viste al club o por simple mala suerte o torpeza, que de verdad se hubiera agotado el stock. Koke, en cambio, se exhibió en manga corta, como aconsejaba la temperatura. La ventaja de los galones. Hace tiempo que los luce. Y el domingo, en su sitio, rebajó un poco más su lista de escépticos.