Un buen día para que vuelva Iker
No se trata de echar más leña al fuego, como querrán intuir los guerracivilistas, ni siquiera de hacerle un feo a Diego López. Se trata sencillamente de una extraordinaria ocasión para que Iker Casillas recupere las sensaciones de competir en un escenario maravilloso, con el simbolismo de ser el último partido en La Catedral, como la conocemos hasta ahora, el estadio que vio nacer la leyenda del mejor portero que uno haya visto.
Que no se me entienda mal. Creo que Diego López se ha ganado la titularidad en buena lid. Ha sabido aprovechar su oportunidad, ha demostrado una enorme personalidad en estadios donde es difícil parar y con la alargada sombra del número uno flotando en el ambiente. Ha demostrado que también es un porterazo de garantías. Si como dice Mourinho, Iker está entrenándose muy bien, después de su lesión en la mano izquierda no sería malo que tuviese un partido para recuperar sensaciones debajo de los palos. No vaya a ser que para alguno de los partidos que queda de Champions League o para la final de la Copa del Rey se necesite de su concurso, que nunca se sabe. Sería una forma de dar confianza a los dos, de demostrar que Diego es ahora el titular, pero proclamar que la implicación de Iker, y no sólo la de Sergio Ramos, a nivel grupal y personal, es importante para todos en este tramo decisivo del campeonato. Sería casi como ese piropo que nunca le regaló el entrenador al portero de la Selección.