S. GIMÉNEZ
Los pájaros disparan a las escopetas, la escuela de Louis van Gaal
El mundo al revés. Uno de los acontecimientos más celebrados en las redes sociales ha sido la respuesta de Mourinho al periodista Fernando Burgos cuando éste le preguntó por la solvencia de la portería madridista. El técnico, lejos de expresar su opinión, nos obsequió con la del periodista a más gloria de esos gabinetes de prensa que se dedican al clipping. En un alarde de compilación de textos, Mou exhibió unos cartones al estilo Un, Dos, Tres en las que se recopilaban las opiniones de Burgos, que iban de la suplencia de Raúl a la Guerra de Corea (la descontextualización dejó de ser patrimonio periodístico ese día). Hubo un tiempo en que lo importante en las ruedas de prensa era la opinión del que se sentaba en la mesa a responder, no la del que preguntaba.
Una escuela. En defensa de Mourinho, es justo argumentar que no es su culpa, que él se acunó en una escuela en las que los entrenadores increpaban a los periodistas. El gran hit de ese sello es el archifamoso “Tú eres muy malo” de Van Gaal dedicado a Rafa Carbonell. Louis era más espontáneo, José más científico. Como Jordi Hurtado, comparece con tarjetas en las que están las respuestas correctas.
Parte de razón. No se discute el derecho a réplica de Mou. Por lo menos, ha cambiado el cuarto de los ratones por la sala de prensa. Y ahí, como dijo aquel, es el p... amo. Pero no demonicemos al técnico. Él es de los pocos que se atreve a hacer esto cara a cara, al más puro Van Gaal Style. Sin esconderse. Y eso le honra, porque vivimos entre emboscados. Los otros clientes del clipping, de presidentes a scouters, lo hacen por la espalda, como el Barça, que se quejó ayer de Stark sólo con la puntita. Sí pero no.
Dos que van de cara. Dos seguidores de la escuela del Tío Loui son Joey Barton (@Joey7Barton) centrocampista lenguaraz del Marsella, y Thiago Silva. No necesitan intermediarios para discutir ante el mundo. Barton comparó a Neymar con Justin Bieber (el peor insulto posible) y a Silva, dando por hecho que era un transexual, le preguntó si era “pre-op o post-op”.
Pájaros y escopetas. Es decir, si ya son los centrocampistas los que intimidan a los centrales, ¿cómo no van los técnicos a inquirir a los periodistas?