Mou sabe que debe mojarse

Diego López ha cumplido con creces en estos dos meses sin Iker. El gigantón gallego puso su granito de arena para eliminar al Barça en las semifinales de la Copa y, lo que es más importante, sacó tres manos decisivas en la noche triunfal de Old Trafford. Ha justificado la apuesta que el club hizo por él cuando Casillas tuvo la desgracia de lesionarse en Mestalla. Pero que nadie se lleve a engaño. Debatir si Iker debe volver a jugar o no en lo que resta de temporada es casi una herejía futbolística. En la vida nunca hay que perder la perspectiva. Saber de dónde vienes (y con quién vienes) y saber dónde vas (y con quién vas).

El fútbol debe tener memoria y sentido de la justicia. Claro que Iker no debe jugar ahora sólo por su inigualable currículo o por los galones que marca su brazalete de capitán. Pero Mourinho se equivocaría si quisiese pasar una factura que ya tuvo un elevado coste en La Rosaleda. Casillas es el mejor portero del Mundo y ha vuelto en perfecto estado de revista, más delgado y enchufado que nunca. Su regreso no es un problema, es una bendita realidad...