Aquella noche de olés en París

La última vez que España jugó en París arrancó olés del público francés. Allí estaban a la greña con su seleccionador, Raymond Domenech, para quien perder con la Selección fue un mal menor teniendo en cuenta el calvario que le esperaba en Sudáfrica. El caso es que España jugó muy bien y ganó. Con Arbeloa de lateral izquierdo, Ramos en la derecha, Villa de delantero centro y Torres de sustituto. La audiencia en televisión para ser un amistoso fue brutal. De hecho, AS dedicó su portada del día siguiente a los más de ocho millones de espectadores que siguieron el partido.

El actual director deportivo del Barcelona, Zubizarreta, lo comentó en televisión. Fue el primero en reconocer la aplastante superioridad de España. De los jugadores que participaron en aquel partido repiten doce (al ser un amistoso hubo seis cambios). A los que deberíamos sumar a Casillas que estuvo con su equipo en Barcelona, y va a repetir experiencia con la Selección en París. Aquella fría noche parisina España demostró que se puede. Francia ha mejorado y, que yo vea, España no ha empeorado. Han pasado tres años y en el camino cayó un Mundial y otra Eurocopa. Aquellos olés franceses eran por algo. No deberíamos olvidarlo.