Neymar, ¿una bomba de relojería?

Neymar, ¿una bomba de relojería?

Imaginación. Soy de los que piensa que hay que apostar por los jugadores imaginativos, alegres, imprevisibles... por aquellos que levantan al público de sus asientos. Este es el caso de Neymar, un chaval con una naturalidad aplastante, con un desparpajo que asusta. Afronta los partidos de fútbol con pasión, siempre con una sonrisa. El fútbol está hecho para disfrutar y no para sufrir. El brasileño vibra con la música, se divierte con sus amigos y es un apasionado de los cambios de imagen. Sus peinados estrafalarios marcan tendencia en todo el mundo. Los peluqueros españoles se frotan las manos ante su posible llegada.

La obsesión de Rosell. Papá Neymar interviene en todas las operaciones. Ya recibió diez millones de euros por adelantado de Rosell a modo de fianza. El futbolista brasileño es la gran apuesta del presidente del Barça, uno de los hombres de nuestro fútbol que más contactos tiene en Brasil, gracias a sus años en en Nike. Neymar se ha convertido para él en una obsesión. Vive su fichaje como una especie de éxito personal e intransferible. Todo lo contrario que ocurre en el vestuario. Los pesos pesados del Barça no le consideran necesario y así se lo han hecho saber al club. Messi no se ha mojado aún, aunque todo el mundo sabe que preferiría compartir vestuario con el Kun Agüero antes que con Neymar. Los futbolistas del Barça asumen con cierta naturalidad el liderazgo de Messi y no tienen tan claro lo que supondría colocar a otro gallito en el equipo. Vilanova deberá aceptar el deseo de Rosell. Varios directivos discrepan, pero prefieren no entrar en una pelea que les podría costar la silla en el palco.

El madridismo no perdona. El fútbol se mueve por pasiones. Las emociones siempre le ganan a la razón en un mundo necesitado de fidelidades y amores inquebrantables. El Madrid peleó por Neymar. Incluso el asesor jurídico blanco viajó a Brasil para cerrar la operación. El futbolista pasó el reconocimiento médico con el permiso del Santos que, como Neymar, siempre ha jugado a dos bandas. Cuando parecía que Florentino llevaba la delantera, el dinero anticipado por Rosell al padre del futbolista lo cambió todo. A partir de ese momento, empezaron los guiños al Barça y a Messi. Los madridistas, que se habían ilusionado con la estrella brasileña, empezaron a mostrar su desencanto y reniegan de su fichaje. No le perdonan ese “amor” al Barça y empiezan a soñar con la llegada de Agüero, quien insistentemente le pide a Florentino que le fiche.

Pecados de juventud. Acaso por su juventud o por los malos consejos de su padre, lo cierto es que Neymar ha conseguido enfadar a la afición blanca y sembrar serias dudas en el Barça sobre su comportamiento en el campo y fuera de él. Me preocupa pensar que por unas u otras razones perdamos la oportunidad de disfrutar en nuestra Liga de uno de los jugadores más prometedores del mundo... y Punto Pelota.

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