Una palabra cargada de futuro

Remontada es una palabra llena de futuro. Se dice remontada, sobre todo, antes de que ésta se produzca. Si no se produce, ya no se dice: es una herida. Y si se produce, remontada equivale a triunfo. El Real Madrid remontó, en cierto modo, ante el Manchester. Su afición creyó tanto en esa victoria que contempló el partido con los ojos cerrados, así que no quiso ver cómo se adelantó el United en Manchester. A los jugadores les pasó lo mismo: contuvieron su respiración y pusieron en marcha la maquinaria de ganar, que es un cañón que engrasa Cristiano Ronaldo. Ahora se produce, en el Camp Nou, una situación más delicada aún. Se trata de remontar los dos goles de desventaja que se trajo el Barça de Milán.

En el escenario todo el mundo mira a Messi, que es el que engrasa los cañones azulgrana. Como éstos parecen estar de capa caída, hay agoreros que dan al Barça por vencido. Este es un buen augurio, no crean, porque no hay mejor acicate para Messi que percibir el desdén hacia sus facultades para despertar al equipo. Y vuelve Xavi, y Puyol está recitando los versos de la remontada. Soy optimista, porque remontada es una palabra que me gusta. Veré el partido con los ojos cerrados. Tengo fe.