El club ya no le busca sustituto

Mourinho es el dueño de su destino, pero en el Madrid existe una firme convicción de que al término de la temporada habrá fumata blanca y seguirá al frente del banquillo del Bernabéu por cuarta temporada consecutiva. No hay que olvidar que a nivel contractual no existía ninguna preocupación en el club después de haber renovado hasta 2016 la pasada primavera. Pero era público y notorio, al menos hasta hace dos meses, que la idea madurada por el portugués era dejar el Madrid al término de este curso. Pero hay cosas que han cambiado. Para empezar, la semana fantástica vivida por el equipo en los dos Clásicos y en Old Trafford ha reforzado el crédito de Mou a todos los niveles.

En enero, el técnico veía un Bernabéu que le silbaba en cuanto que asomaba la cabeza por el banquillo después de que la suplencia de Casillas tuviese un efecto boomerang para él. Pero la lesión de Iker en Mestalla, la aparición pública de Florentino para confirmar el apoyo a su entrenador y lo que dijo Sara Carbonero en México sumaron a favor de Mou. La afición empezó a entender algunos posicionamientos del técnico, los pitos mutaron en aplausos y las exhibiciones con la pizarra en el Camp Nou, con los suplentes en el Clásico del Bernabéu y los aciertos en los cambios de Manchester han terminado por encumbrar de nuevo a Mou, que para buena parte de la grada vuelve a ser The Special One.

Florentino y su directiva no han sido ajenos a este proceso y el mensaje que les llega es que el técnico ha recuperado la ilusión por prolongar este proyecto. El presidente no está buscándole sustituto y esa es la mejor señal de que esto ha cambiado. Además, ha calado el mensaje que Florentino lanzó hace dos semanas: "Aquí nadie se rinde, esto es el Madrid". Mou ha cambiado el rictus. El triplete está a tiro y los malos rollos se han subido al Puente Aéreo.