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La Semana Grande del Real Madrid

La que pudo ser Semana de Pasión para el Madrid acabó en Semana Grande. En pocos días ha desplazado al Barça del centro de la escena, se ha metido en la final de Copa y ha dejado atrás al Manchester en el camino de la Décima. Habrá otros escollos, pero ahora todo le sonríe al Madrid. Además, las dos eliminatorias las ha tenido que resolver en el campo del rival, al que llegó sin goles que defender. Y por medio se permitió esperar al Barça cargado de suplentes y aun así ganarle. Las nubes se han alejado, el sol brilla ahora para el Madrid, que hoy no tiene nada que envidiar a nadie.

Aunque, eso sí, penó en Old Trafford hasta la expulsión de Nani, un golpe de suerte. No percibió la presencia de Arbeloa, al que percutió de lleno. Juego peligroso. El árbitro interpretó juego brusco grave, en un criterio excesivo (luego compensaría en un penalti-expulsión de Rafael). Mourinho reaccionó al instante y fenomenalmente: retiró a Arbeloa, inútil ya sin extremo al que marcar, y metió a Modric, que liberó los grilletes de Xabi Alonso, muy marcado, y jugó además estupendamente bien, sus mejores minutos desde que llegó al Madrid. Como guinda, marcó el gol que equilibraba el de los ‘reds’.

Con diez, el Manchester entró en pánico. El Madrid impone mucho, no hay duda. Los locales habían llevado el partido bien, habían conseguido su gol en un golpe de suerte, pero perdieron la confianza y se dejaron arrollar por el Madrid, que alcanzó de golpe la confianza, la energía y el juego. Fueron veinte minutos de tormenta de fútbol, solo aplacada con el gol de Cristiano que tuvo el gesto del viejo Law: no lo celebró. Jugó bajo cierto secuestro emocional, no fue el de siempre, pero marcó el gol que dejaba fuera a sus viejos compañeros. Y ahora, a esperar el sorteo, con la Décima en el horizonte.