La ambición de Morata

Hasta la aparición de Cristiano en el Clásico, Morata estaba siendo de largo el mejor del partido. En un encuentro que se estaba jugando a ritmo de solteros contra casados, el canterano parecía el único con las ganas de comerse el verde. Y el único con la ambición de cumplir con la obligación de un suplente: rebelarse ante su destino. En una temporada complicada para la cantera por las obsesiones enfermizas de Mourinho, siempre que el portugués se ha decidido por darle una oportunidad al delantero, el chaval dio la cara.

Es cierto que fue Mou el que le hizo contrato con la primera plantilla y estoy seguro de que el trabajo diario al máximo nivel le ha hecho progresar, pero el mérito es relativo, porque cualquiera que conozca a Morata desde crío era capaz de ver a un delantero centro de categoría. Toda su vida se ha hinchado a marcar goles y ha tenido la capacidad de progreso y de sacrificio, del que tiene hambre para llegar al máximo nivel y superar todos los obstáculos. Esa capacidad que muchas veces le falta a un Benzema que nació despistado...