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Puyi, grande de España

Puyi, grande de España

Capitán y centenario. La ausencia obligada del lesionado Iker (tranqui, capitán, estarás en la foto levantando la Confecup en junio), habilitó a Carlos Puyol para lucir en Doha el brazalete con esa entereza y bravura que ya suele exhibir en sus partidos con el Barça. Puyol es un Braveheart que siempre supo ganarse el cariño de todos los aficionados. Honesto hasta el fanatismo, jabato que respeta a los prisioneros en la batalla, un titán que convierte su famosa melena en un cañón desbocado que termina por aburrir a los delanteros enemigos... Del Bosque ha sabido esperar el momento para darle a Puyi ese partido número 100 que tanto se merecía. En los videomarcadores del Khalifa Stadium pusieron imágenes de sus mejores momentos con La Roja, pero el más destacado nos pone de acuerdo a todos: ese cabezazo imperial a Alemania en la semifinal del Mundial de Sudáfrica. Ayer era su día y el merecido homenaje puso de acuerdo a sus compañeros, que le aplaudieron a rabiar conscientes de que este león de casi 35 años (los cumplirá el 13 de abril) puede dar sus últimos y heroicos coletazos con la Selección hasta la cita mundialista de Brasil en 2014. Puyol protegió con su fiereza habitual a Víctor Valdés, que cumplió con creces en su misión de 'Portero de Guardia'. Puyol ya forma parte de ese selecto Club de los 100 en el que ya sólo quedan dos porteros (Iker y Zubizarreta) y en el que pronto se añadirá otro Tarzán con los bemoles bien puestos: Sergio Ramos los cumplirá el 22 de marzo en Gijón ante Finlandia. ¡Héroes!

Raúl, otro capitán. En una noche de capitanes, símbolos y jerarquía, fue emotivo el momento en el que la transmisión de los compañeros de Cuatro nos mostró al eterno Raúl junto a sus hijos varones (Hugo, Jorge, Héctor y Mateo) y a su inseparable Ginés Carvajal. Raúl fue santo y seña de España cuando éramos menos talentosos y menos tiqui-taqueros. El 7 tiró del carro, como bien dijo Camacho, siempre que sus fuerzas le dejaron. Sólo un infame árbitro egipcio de cuyo nombre no quiero acordarme le apartó en Corea y Japón de la gloria que su generación merecía. Raúl ha estado estos días con el equipo que lideró tantos años y recuperó viejas sensaciones. La Federación tuvo un buen detalle con sus hijos y en septiembre le incluirá en el homenaje de los centenarios (él llegó a las 102 internacionalidades). Raúl, vuelve pronto de Catar. Se te echa mucho de menos, campeón.

San Pedro. El tinerfeño es un cuchillo jamonero que en España ha encontrado las vías de acceso que a veces se le resisten en el Camp Nou. Pedro dejó de ser Pedrito hace muchos años y cada actuación junto a Cesc, en el que no se sabe bien quién es el falso 9, nos muestra un delantero moderno, incisivo, creativo, feliz de la vida. Es la España de San Pedro. Bueno siempre, mártir nunca. Mejor.

Garra charrúa. Los uruguayos ganaron dos Mundiales y eso deja semilla en la dermis. Decirle a un charrúa que vas a jugar un amistoso con él es ofenderle directamente. Los Martín Cáceres, Cavani o Luis Suárez se tomaron el asunto como si de verdad hubiese algo en juego. Sobró alguna patada y alguna salida de tono. Pero Ramos irrumpió en la escena y la ola se convirtió en olilla...

Dos millones. Por ese dineral yo me hago de rodillas el camino de Santiago. La Federación y la AFE hacen caja, España gana y además fideliza catarís a la causa. Todos contentos.

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