El paso al frente de Khedira

Reconozco que he tardado en cogerle el gusto futbolístico a Khedira. Desde su llegada, siempre he pensado que no pasaba de ser un buen complemento para Xabi Alonso, pero en los últimos partidos su rendimiento y su aportación al equipo han crecido de manera espectacular. No es un virtuoso a la hora de repartir juego, pero su trabajo de ida y vuelta y su manera de interpretar el fútbol, casi siempre a un toque, es oro líquido para un equipo que, en condiciones normales, se suele saltar el centro de la cancha para vivir de transiciones fulgurantes.

Físicamente es un superdotado, pero el cambio radical en su aportación al grupo está en su cabeza: ahora se siente importante para el equipo, una pieza clave que descose al Madrid por el medio cuando no puede jugar. Hasta el momento, Khedira era un secundario caro que sólo parecía ser feliz cuando jugaba con su selección. Pero el alemán se ha convertido ya sin discusión en actor principal de un equipo que ahora le necesita más que nunca. Su carácter aparentemente tímido y apocado es inversamente proporcional a la personalidad que demuestra sobre el campo. No hace un gesto de más ni se pega carreras para la galería. Lo único que le interesa es el bien de su equipo.