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Algunos secretos tácticos del 49ers-Ravens

Manolo Arana

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ARANASer defensa en el fútbol americano es muy difícil. En la NFL mucho más. Más aún si has de defender un play action de Peyton Manning o Brett Favre, o una carrera a la desesperada de esa nueva generación de quarterbacks atléticos. Pero defender a un equipo de la NFL que combina casi todo lo anterior y además tiene un juego de carrera poderoso es una ardua misión.

Mucho se está hablando en estas dos últimas semanas de la Pistol Offense, tanto que parece imparable. Realmente es muy difícil enfrentarse a este concepto de ataque. En primer lugar es más adecuada una defensa 3-4 o 5-2 que la estándar 4-3. Has de contar con líneas defensivos que imposibiliten bloqueos en el segundo nivel, tener linebackers que sepan mantener su responsabilidad en el gap y, finalmente, una secundaria que defienda al hombre y sea muy fiable. Curiosamente, Baltimore quizá sea el único equipo en la actualidad que tiene todo eso.

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Los 49ers tienen tres grandes receptores: Vernon Davis, Randy Moss y Michael Crabtree. Se alinean muy separados (spread offense) otro de los grandes factores del éxito de la Pistol y una de las tendencias futuras en los ataques de la NFL. Suelen ser enviados unas veinte yardas, pare despejar el área y ensancharla. Sumado al retraso de la jugada -por el fake, play-action, read-option…- crean dudas y consiguen que las defensas en zona tengan a tres o cuatro backs profundos. Como consecuencia, los linebackers se quedan solos con la complicada misión de contener al quarterback en la bolsa de protección o ir a por él. Estos desajustes facilitan tanto el pase como la carrera de Kapernick.

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Para solucionar el problema, los Ravens deben controlar todos y cada uno de los gaps. El más importante es el exterior del lado izquierdo de la defensa. El lado de Terrell Suggs que, posiblemente, sea el jugador más importante y determinante del encuentro. Suggs debe mantener la cabeza fría, contener su hueco y lograr meter hacia adentro tanto a Kapernick, como a Gore anulando sus intentos de correr hacia el exterior. Suggs deberá olvidar la cobertura de pase. No debe asumir esa responsabilidad aunque Vernon Davis esté frente a él. Lewis y Ellerbe, en el centro de la defensa, cerrarán la posibilidad de carrera interior. Atrás quedarán Reed, Willliams y Graham en man-to-man. Pollard subirá a la línea como defensa extra en la caja.

Parece muy sencillo, pero teniendo a Frank Gore en el backfield no lo es en absoluto. Gore, a quien vi por primera vez en la Rose Bowl de 2002 y era el tercero en los Hurricanes de Miami (Clinton Portis era el titular y Willis McGahee el segundo), es un grandísimo corredor que logra su mayor producción corriendo por la espalda de los tackles y guards, haciendo que los gaps tres y cuatro sean vitales. Esos huecos han de ser la prioridad para Lewis y Ellerbe. Lewis está muy mermado físicamente por la edad, pero su experiencia hace que siempre logré estar en el punto de ataque rival. Si no tiene trabajo extra (bloqueos, coberturas, ayudas) puede ser el ancla que ha sido siempre en esta defensa. Ellerbe se ha incorporado a la élite esta temporada tras la lesión de Lewis y se ha quedado con la otra plaza en el centro de la defensa. Además, por si fuera poco defender un sistema ofensivo ‘desconocido’, la línea de los Niners es la mejor de la liga y sus jugadores son capaces de alcanzar el segundo nivel bloqueando en jugadas de carreras interiores.

Para San Francisco –también usa una 3-4- tampoco será fácil defender a los Ravens, aunque el ataque liderado por Joe Flacco sea más convencional. También utilizan multitud de formaciones con tres y cuatro receptores – Anquan Boldin, Torrey Smith, Jacoby Jones y Dennis Pitta -. Incluso podremos ver a Flacco alinearse en shotgun como hizo contra los Patriots durante gran parte de la segunda mitad del encuentro.

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Smith y Boldin son capaces de destrozar cualquiera cobertura profunda. De ello se aprovechan tanto Pitta como Dickson – el otro tight end- o Vonta Leach -el fullback- quien suele ser el pase de escapatoria hacia los flats. Allí donde los linebackers llegan con más dificultad.

A los Ravens les encanta envolver en el juego de pase a su corredor Ray Rice. Por lo general este pase llega tras ocupar el espacio que aclara Boldin con una ruta slant. Eso provoca que un defensive back (el domingo Donte Whitner) esté muy pendiente de él, restando un hombre para las coberturas profundas.

Ray Rice es una auténtica preocupación para las defensas rivales. Y aunque los linebackers sean Bowman, Willis, Smith y Brooks –ahí es nada-, deberán permanecer muy atentos y cerca de la línea de scrimmage concediendo algo. Ahí está el valor del ataque de los Ravens. Flacco cogerá lo que le de la defensa de los Niners y en esas condiciones este quarterback y sus receptores son muy peligrosos y difíciles de detener.

Aunque si antes comentaba que Suggs debía ser el hombre para los Ravens, en San Francisco debería ser Justin Smith. La lesión de Smith ha coincidido con la bajada de rendimiento de Aldon Smith (segundo en sacks de la liga). El sordo trabajo en el end de Smith ha sido muy bien aprovechado por Aldon. Si Justin logra distraer al enorme Bryant McKinnie (left tackle), Flacco puede tener una de las noches más largas y aterradoras de su vida, con Aldon llegando una y otra vez.

En definitiva una Super Bowl con dos grandes defensas, que podría acabar en un festival de puntos.