División de opiniones
La victoria 400 de Mourinho en su carrera como entrenador estuvo empañada por el pulso que se mantuvo en las gradas entre sus seguidores más fieles (Fondo Sur) y sus detractores (hubo pitos en muchas partes del resto del campo).

51.000 valientes. Decía Mourinho la semana pasada en una entrevista, creo recordar que en Sky Sports, que para él la afición de San Siro era la mejor. Si lo siente y lo cree así, hay que respetarlo. Pero estoy seguro de que jamás en un partido de la Copa de Italia entre el Inter y un equipo de Segunda B se ha visto a 51.000 aficionados en las gradas. El Bernabéu es fanáticamente fiel a su equipo y siempre está ahí. Con el resultado que sea, con el frío más crudo que pueda imaginarse, sin importarles las bajas ilustres que pueda haber. La afición blanca siempre comparece en escena, dando la cara por su equipo. Son madridistas militantes y lo dicen orgullosos en el bar del barrio, haciendo la compra, en el colegio o en los trabajos. "Soy vikingo y a mucha honra". Mou no midió bien aquello de los "pseudomadridistas" y "madridistas disfrazados". Todo el que se siente blanco es de tu ejército. Sin excepción. Discrepar es normal. Sobre jugadores, entrenadores o presidentes. Siempre fue así. Mi padre me cuenta que el Bernabéu llegó a pitar a Gento, un mito con seis Copas de Europa en sus cántabras espaldas. Lo bueno es que los debates siempre se cerraron con buen rollo, porque a esa gente les une el sentimiento y el corazón blanco. A TODOS. Anoche me dolió que la fiesta en la grada se empañara por esa división de opiniones generada en torno a la figura del portugués. La afición debe unirse y olvidar ese guerracivilismo que tanto daño está haciendo. ¿Se imaginan a un padre eligiendo entre un hijo u otro? ¿O a un hijo eligiendo entre su padre o su madre? No. Al final el amor lo puede todo y se reúnen a cenar en armonía. Esto sólo lo puede arreglar Mou. Él lo empezó y él debe frenarlo. La afición es sagrada...
Callejón, el canterano. El motrileño es un espejo fiable para la cantera. Cuando llama Mou a su puerta, acude con entusiasmo y un talante excepcional. Y los enchufa a pares. Tampoco me olvido de la velocidad y el descaro de Cheryshev (¡Viva Rusia!), la inteligencia táctica y el aplomo de José Rodríguez (fue de menos a más) y el empeño y el trabajo arriba de Morata, al que le faltó el gol por el fuerte marcaje al que fue sometido. Y quiero resaltar la profesionalidad de Nacho, que cumple de 'tres' o de 'dos' (tras la desafortunada lesión de Albiol). Y Adán fue capitán. Seis canteranos, aprobado alto.
¡Que bote El Collao! Eso cantaban entusiasmados los 1.500 alcoyanos que llegaron a la capital para disfrutar de su día de fiesta. Colorido y alegría en esta hinchada que se deja llevar por el lema que los hace famosos en el mundo entero: 'Más moral que el Alcoyano'. También parecía que los hombres de Garitano se habían comido en la merienda once latas de aceitunas rellenas El Serpis, que como nos dijo el compañero Ismael Mayor dan identidad a Alcoy, un pueblo con esencia y un agua dura que le da una textura especial a la aceituna rellena de anchoa.
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