El derbi del sí o sí para el Atleti
Al Atlético aún le queda el Jaén por el medio, pero ya es imposible contenerse. El personal ha respetado, sobre el césped y la grada, la máxima del partido a partido dictada por el Cholo. Pero ya no hay manera. La gente colchonera se ha metido el derbi en vena. El 0-3 de la ida en la Copa y la inusual situación clasificatoria en la Liga le impiden sujetarse. Desde el segundo tiempo ante el Sevilla, los cánticos del Calderón sólo apuntaban en una dirección: el Madrid y el Bernabéu.
Una cita que desde hace tiempo no existe. Por más que le duela a los del Atlético, ese "se busca rival digno para derbi decente" se lo han ganado la sucesión de jugadores y técnicos que han ido desfilando por el patíbulo. Es verdad que el equipo hoy pinta distinto, que por una vez se ve a unos futbolistas hambrientos y comprometidos cada minuto de cada partido, que forman un grupo fiable. Pero esos cruces tienen vida propia, independiente de los matices previos, y es ahí donde los rojiblancos (aunque ganan cuatro a cero a sus vecinos en finales europeas en los últimos diez años) se han estrellado una y otra vez. El optimismo a ese lado del río conviene mantenerlo en reposo.
La ventaja para los puristas de la rivalidad es que esa política del partido a partido impuesta por Simeone ha llevado al fin la reunión a su terreno, al punto exacto del que tantas veces ha huido el Atlético: el cruce contra el Madrid es el más importante de la temporada. Aunque sólo sea, como reza la religión del nuevo gurú, porque es el próximo. Y el próximo hay que jugarlo como si fuera el último, una final. Y las finales no se juegan, se ganan. Hay muchos más motivos, la urgencia histórica, los colegios y las oficinas del día siguiente, la idiosincrasia, las cuentas pendientes, pero vale con la propia 'trampa' del Cholo para interpretarlo como el asunto mayor.
Esta vez no valdrá decir que son tres puntos más (y menos lo de "no es nuestra Liga"). Incluso cosidos a esa teoría de no alzar la vista más allá del encuentro siguiente, los que se juegan el sábado son para el Atlético los más trascendentales. Del curso y de su vida. Sólo entrando así al derbi, podrá dejar de sentirlo como una pesadilla.