He aquí uno de esos casos en los que literalmente el éxito sorprende a la propia empresa. La empresa en este caso es el Real Oviedo, que tras una concatenación de espantosos avatares estaba en trance de desaparición y ahora se ve en el ojo de un huracán de solidaridad. Anoche tenía accionistas de más de sesenta países, respuesta feliz al llamamiento por 'twitter' de Sid Lowe (Sir Lowe para Oviedo), hoy destacado periodista, no hace mucho becario erasmus en la capital del Principado, donde se encariñó con el club. Su gesto ha terminado de animar y sacudir a la ciudad, decidida a salvar al Real Oviedo.

El consejo directivo ha trabajado de forma ímproba desde el verano, devolviendo credibilidad a un club que hoy, en Segunda B, tiene más abonados que algunos clubes de Primera y más que cualquiera de Segunda salvo Sporting y Villarreal. Falta de Primera desde 2001, pero aún es el 17º club con más presencias en la máxima categoría y a su partido ante el Real Madrid C del domingo acudieron 20.500 espectadores. El propio Real Madrid, por cierto, ha puesto 100.000 euros en la salvación del club, a la que también han contribuido con fuertes cantidades sus exjugadores Michu, Mata, Cazorla y Adrián.

Y llega mucho dinero de México, donde existe de antiguo una colonia asturiana acomodada. El meta Ochoa, ahora en el Ajaccio, ha agitado esa vía. El dinero fuerte deberá salir (y está saliendo) del oviedismo, pero llama la atención tal movimiento nacional e internacional. ¿Qué tiene el Real Oviedo? No lo sabría decir, pero el llamamiento de 'Sir Lowe' replicado en proporción geométrica por la red, lo ha convertido en el Oso Panda Gigante del fútbol mundial. Un alcalde torpe lo quiso rematar cuando peor estaba. Ahora su ciudad suena en todo el mundo gracias a este viejo y querido club.