Tres lustros dando tumbos...
Mourinho se equivocó gravemente en la forma, exponiendo públicamente sus desavenencias con Alberto Toril, además de poner nombres y apellidos al fracaso de la cantera blanca, con sus consiguientes olvidos interesados. Eso toca el corazón mismo del club, a la esencia del madridismo, pero en el fondo tenía razón: la cantera del Real Madrid ha caminado sin rumbo los últimos quince años. Y eso no es culpa del técnico portugués. Nunca se ha sabido muy bien si el objetivo era proyectar futbolistas o conseguir ascensos. No ha habido una línea definida de juego en las categorías inferiores. Se han sucedido los responsables de La Fábrica y, lejos de poner una coherencia, cada uno ha puesto a su gente, cambiando entrenadores, jugadores y criterios. Igual no es casualidad que la eclosión de la cantera del Barcelona llegase tras la salida de Ramón Martínez y la falta de horizonte en los chicos de Valdebebas tengan que ver con su presencia en sus dos etapas distintas como director de la misma. Suenan antiquísimos los tiempos en que los Pavones formaban parte del eslogan y de la estrategia del Real Madrid de Florentino Pérez.
Los jóvenes tampoco pueden jugar por decreto en el Madrid porque no todos tienen la categoría, pero debe ser frustrante querer echar la puerta del primer equipo abajo, como decía Camacho, cuando te la cambian de color y de sitio cada año. En los últimos tiempos, la prioridad es hacer caja, como se ha demostrado con un muy buen lateral como Carvajal o con el atacante Joselu. La realidad es que las próximas hornadas están pensando en su futuro en otro club. Así de triste es el tema...