El juego de negar al Madrid
Al Madrid no lo dirigiría". La frase ha perdido credibilidad como genérico. Demasiado reciente el feo de Kun, su paso del "ni en pedo al Madrid" a la desesperación por vestir de blanco, como para que el Calderón no se tome con prudente distancia el arrebato populista del Cholo. Pero tampoco como para no apreciarlo. Simeone no es dudoso. Hace un año entró en combate con Futre por el antimadridismo, pero aquello sí fue un impostado y errado ejercicio de diplomacia. El 'Ole, Ole, Ole' no necesita a estas alturas del orgasmo para ganar adeptos.
No hay atlético que no lo venere, como no lo había antes de su vuelta. Y aún así, el Cholo ha dicho lo que ha dicho. Una forma de corresponder tanto cariño, cumplir con su conciencia y recordar lo que, pese a la contaminación vigente, compromete en el fútbol a la gente de bien. Negar al Madrid desde el Atleti no es sólo un acto de respeto y rivalidad bien entendida, también lo es de inteligencia. Nada le compensaría al Cholo perder la emoción que ha conquistado. Ni aunque lo que dice sentir hoy no fuera verdad.