Un Espacio para querer perderse

Tiene un problema el remodelado escenario de ese Foro 2014-AS. Uno grave. Lo que rodea al salón de actos es tan atractivo, que puede provocar furtivas escapadas durante los coloquios. No digo que yo lo haya hecho, eh, pero tengo un amigo que... El caso es que la exposición del piso superior resulta una gozada para cualquier aficionado. Nace de la labor de hormiguita de Pedro Ferrándiz, consiguiendo recuerdos de la prehistoria del juego, esos balones que uno no imagina cómo se podían botar, esas mascotas tan demodés que resultan modernas, tantas medallas, tantas donaciones de históricos a uno no menos grande que ellos... La colección impresiona.

Y la FEB le ha dado el toque definitivo al ordenarla, modernizarla, darle un continente a la altura del contenido y completarla con objetos de esta edad de oro del baloncesto español. Algo necesario, porque llegará un día en el que no nos creamos todo lo ganado en estos años y exijamos pruebas. Y dejo el vicio para el final, esa planta baja que es el equivalente en museo a las pelis de Pixar, una zona de juegos con canastas, pinballs y consolas de la que uno no saldría nunca. En fin, que ya pueden hilar fino los invitados. El Espacio 2014 está lleno de tentaciones. Y la tentación está bien. Muy bien.