Hoy jugará un señor equipo...

La táctica motivacional de Mourinho para hacer reaccionar a su vestuario a base de gorrazos dialécticos en conferencia de prensa no me hace especial gracia. Pero entiendo que el portugués quiere recuperar a un ejército que en Getafe y Sevilla llegó a parecer el de Pancho Villa. Los boinas verdes de Mou dibujaron hace sólo unos meses la mejor Liga de la historia y yo no me cansaré de recordarlo. Aquellos 32 triunfos, 100 puntos y 121 goles fueron obra de un señor equipo, de un plantillón excepcional, unido en torno a un método de trabajo severo y profesional hasta límites cercanos al fanatismo. Así era el Madrid de siempre en el que yo me crié entre remontadas europeas y hazañas cargadas de testosterona. Jugadores que convertían los partidos del Bernabéu en un infierno para el enemigo, que rezaba pidiendo la hora desde el minuto 1. Así creció el mito de la camiseta blanca.

El madridismo está convencido de que esta noche se escuchará una cara del disco que no tendrá nada que ver con el sonido desafinado de estas últimas citas ligueras. Hoy es noche de Champions, con ese himno maravilloso que nos recuerda que el rey de esta competición fue, es y seguirá siendo el Real Madrid, con esas nueve orejonas tan deslumbrantes que obligan a protegerse los ojos cuando entras al Museo del Bernabéu a contemplarlas. Cristiano se reconciliará hoy con el gol, consigo mismo y con esa grada que le quiere: de obra y de pensamiento. Lástima que los altos precios impidan un lleno. Deben bajarlos ya...