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Gabi, tan exigente como Cholo

Gabi dice que el Atlético, de la mano de Simeone, ha ganado en fuerza, agresividad y garra. O sea, las cualidades que él tiene como jugador. El capitán rojiblanco es uno de esos futbolistas que no deben faltar nunca en un equipo. Los que son como él dan ese equilibrio que se necesita en cada partido. Gabi aporta al Atlético algo más que talento en el centro del campo. Es como la continuación del entrenador en el campo, un jugador dotado para la estrategia (él saca las faltas) y para cortar de raíz los ataques del contrario, aunque tenga que ser en falta. No hay otra muchas veces. Fue vital en muchas facetas en la pasada Europa League que ganó el Atlético, pero sobre todo en parar al rival: fue con 39, el que más faltas cometió en esa competición.

También fue de los que más tarjetas amarillas vio (cinco). Eso no es reprochable. Sí lo es cuando alguna vez se enreda con el balón si no ve una buena salida. Es un jugador fiable, que se ha ganado el sitio en tiempos que se presume de la cantera. Resulta curioso que el Atlético se sustente en la media con dos chicos de la casa que tuvieron que hacer las Españas: Mario (pasó por Valladolid, Celta y Mallorca) y Gabi (Getafe y Zaragoza, su reválida). La desilusión que se llevó cuando salió del Atlético la ha compensado con creces con la Supercopa europea que él alzó en Mónaco. Un sueño que perseguía desde que en la Liga 2003-04 debutó con Manzano ante el Valencia (sustituyó a Jorge), junto a Simeone, ahora su entrenador. Algo tiene de él: exigencia, brega, carácter...