La pegada la tuvo el Athletic
El Valladolid comprobó ayer, por fin, que está en Primera. Aquí los partidos se pierden en un visto y no visto. Los rivales apuntillan con más facilidad que en Segunda, la calidad es superior, y ante un nervioso y poco brillante Athletic, dos excelentes golpeos de Aduriz y Susaeta le demostraron al Valladolid lo que le espera este año si se muestra tan vistoso, pero falto de pegada como ayer en Bilbao. De poco vale levantar elogios por el buen manejo de balón y colocación si en ataque te muestras tan inocente como un niño de cuatro años. Perdió una excelente oportunidad el equipo de Djukic de seguir sumando. El miedo a presionar más arriba a los de Bielsa para no sufrir un excesivo desgaste físico le impidió complicar la vida a un rival que venía de recibir nueve goles en los dos primeros partidos.
El Valladolid le dio aire al Athletic y lo pagó con una aleccionadora derrota. En cualquier caso, las sensaciones no fueron del todo malas y es cuestión de seguir afinando al equipo en estas dos semanas antes de recibir al Betis en Zorrilla. Quizás de los más noticiable de lo que pasó ayer en San Mamés fuera la aparición de Alberto Bueno en el partido. Recordando lo ocurrido y declarado en el último mes y medio, ver en el campo al madrileño sonaba a broma. La culpa no es del jugador, por supuesto. La lección más grande la deberán aprender el entrenador y el presidente. Quisieron ir demasiado lejos en este asunto y han hecho un ridículo de proporciones inimaginables.