El Balón de Oro debe ser madridista
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El Madrid tiene un bendito problema con la elección del próximo Balón de Oro. Tiene dos candidatos de postín y los dos se lo merecen con creces. La afición, en su mayoría, cree que es el momento de hacer justicia con Iker Casillas, un portero de leyenda que se ha forjado en La Fábrica de la vieja Ciudad Deportiva, donde mi paisano Cecilio ya le daba hace veinte años sus primeros consejos en los viejos campos de tierra. Las dos últimas Eurocopas (2008 y 2012) y el Mundial de Sudáfrica (2010) se ganaron gracias a sus paradas mágicas. Iker ha demostrado que un portero también te gana títulos
Pero si sucede que los corresponsales de France Football, los seleccionadores y los capitanes insisten en ningunear el venerable oficio de portero, el madridismo tiene claro que Cristiano Ronaldo ha hecho méritos sobrados para hacerse con la mayor distinción individual del fútbol. El portugués fue determinante en la conquista de la Liga de los 100 puntos y los 121 goles. Y en su pulso directo con Messi en el Camp Nou, el 7 barrió al argentino. Leo ni tiró a puerta en aquella noche de blanco satén y Cristiano marcó el gol que valió una Liga La lectura del Bernabéu es rotunda: "Ahora los buenos los tenemos nosotros".
