Los 11.000 héroes de Kiev levatarán la Copa con Iker

Los 21 vuelos chárter que hoy lograrán que las calles de Kiev se tiñan de rojo y gualda, tienen motivos sobrados (aparte de los emocionales) para ser optimistas. Para empezar, estamos a sólo 90 minutos de un triplete histórico, sin precedentes. El abuelo deportivo de Sergio Ramos, Panenka, evitó que Alemania lograse la hazaña del 1,2,3 con su golazo de penalti a Maier en la final de la Eurocopa de 1976. España sí lo tiene a tiro. Esta generación de futbolistas puede que sea irrepetible y ellos saben que si hoy tumban a los italianos pasarán a los libros de oro. También lo haría Del Bosque, que se lo merece todo. Buena gente, buen entrenador, buen manejador de grupos. Lo excitante es que los 11.000 valientes viajan felices, convencidos de la gran victoria.

Además, y por si a algún escéptico le queda alguna duda, ahí está Casillas: el Capitán España. Iker está asociado a dos fotos que ocupan las paredes de las habitaciones de muchos chavales: levantando la copa de campeones en Viena 2008 y en Sudáfrica 2010. Esa imagen está asociada con el éxito y la felicidad. A Casillas lo vemos como el genio de la lámpara al que se le pueden pedir deseos razonables. Y este triplete lo es. Con Iker me dan menos miedo Balotelli (¡Ramos te gana a abdominales, menos lobos!) y Cassano. Tampoco hay que arrugarse con Pirlo, porque él está solo y nosotros tenemos a Xabi, Xavi, Iniesta y Silva para generar juego. Con Cesc de falso nueve (o con Torres, no lo descarto), La Roja se va a comer a los 'spaguettis' de Prandelli. ¡VAMOS ESPAÑA!