No es Silva, pero daría mucho juego

Suker fue suplente en la inolvidable final de Ámsterdam ante la Juventus de Zidane y Del Piero, pero el madridismo le recuerda como uno de los héroes de la Séptima y uno de los artífices de la Liga de Capello conquistada al Barça del mejor Ronaldo que se recuerde. Davor es una voz autorizada entre la afición merengue y por eso sus palabras sobre Modric suenan bien. Como croata y madridista es normal que Suker quiera ver a su paisano deleitar en el Bernabéu. Modric tiene clase, un envío interior magnífico y hechuras de jugón. Su grandioso pase a Rakitic, que dio pie al vuelo mágico de Casillas, fue buena prueba de ello.

Pero el personal se motiva mucho más si le hablas de Silva. Una operación utópica mientras que el jeque del City siga dando la misma respuesta: "David no se vende". Modric es el Plan B de Silva y, puestos a malas, no es mala solución en vista de lo poco que ofrece el mercado en esa posición. Pero antes hay que vender a Kaká. Y ahí la cuestión está varada como las ballenas en la costa cuando se desorientan. El verano será largo...