Xabi Alonso, jugador de dinastía

Xabi Alonso, jugador de dinastía

Xabi Alonso, jugador de dinastía, cumplía ayer los cien partidos con la Selección y lo hizo a lo grande, con dos goles que coronaron la superioridad de España. Uno, llegando desde atrás (este equipo puede prescindir del nueve porque varios de los de atrás llegan al remate) y el otro transformando con serenidad, en el trance agónico del partido, un penalti que sufrió Pedro, la novedad del partido. Fue el día de Xabi Alonso, pero fue también el día de todos. España, con su tiqui-taca, con el favor del público local, con sus buenas maneras, pasó a semifinales con al primera victoria oficial sobre Francia. Otra gran día. Y van...

¿Se acuerdan cuando nunca pasábamos de cuartos? Pues ahora pasamos. Gracias, en parte, a que la propia presencia de La Roja es intimidante para los rivales. Francia se venía recuperando del bochorno del último Mundial con una fórmula de buen juego, que agradaba en su país y despertaba ilusión. Pues Blanc la cambió para encarar a España. Se blindó, blindó particularmente la banda derecha, por la que le llegó el primer gol. Jugó así, en plan pelmazo, durante una hora. En la última media sacó futbolistas mejores y dio mejor pinta. España asusta e induce a algunos a equivocarse.

La emoción del partido estuvo en que el segundo gol no llegó hasta el final, pero sólo en eso. Ribéry estuvo muy activo, pero Arbeloa, el patito feo de esta Selección, se mantuvo firme ante él. Benzema fue un alma en pena, añorando a los que estaban en el banquillo, demasiado fatigado cuando salieron. Casillas sólo tuvo que hacer una parada, a tiro libre de Cabaye. Eso y cortar un centro de Ribéry. Nada más. España se mueve despacio, pero con seguridad. Seguiremos discutiendo sobre el nueve, porque el asunto se presta (Torres estuvo ayer mal cuando salió) pero el equipo está ahí. Un gran equipo.