España ha dado una lección al mundo entero

Ganar una Eurocopa y un Mundial de forma consecutiva te otorga una jerarquía indiscutible y una celebridad momentánea. Pero hay situaciones que habitualmente han tirado por tierra el prestigio de una selección y, por extensión, del país al que representan. Recuerdo al portero chileno Rojas fingiendo que se había quemado con una bengala en Maracaná, o aquel Alemania-Austria en El Molinón del Mundial de España 82. El gigante Hrubesch marcó a los ocho minutos y desde ese momento dio vergüenza ajena ver a 22 tíos mirándose sin meter la pierna. Si mi país hace eso, no vuelvo a animarles en la vida...
Noticias relacionadas
Por eso ha dolido ( y mucho) que los italianos hayan hablado tanto del biscotto y hayan puesto en duda nuestra honorabilidad. Ya sé que un 2-2 entre suecos y daneses les echó de la Eurocopa de 2004. Pero esta España es otra cosa. Además, tiene bemoles que duden de tu ética los señores que han protagonizado desde hace treinta años escándados que, por ejemplo, han llevado a la Juve (su Real Madrid de allí) a perder dos Scudetti y bajar a Segunda. Lo del biscotto fue una venda que se pusieron porque se veían fuera por no haber hecho los deberes ante los croatas.
Pero rectificar es de sabios y me ha gustado la reacción de los colegas italianos. "Nos hemos comido el biscotto". Así es. España pudo dejarse empatar en ese córner final en el que subió a rematar hasta Pletikosa. Pero defendió el 1-0 pese a que las tablas le dejaban líder y a Italia rumbo a casa. Esta España de Del Bosque es ejemplar en el campo y fuera de él. Líderes con el balón y en valores. ¿Verdad, Buffon?



