¡Hasta donde tu quieras, Andrés de mi alma!

Fuimos protagonistas con Italia de uno de los partidos más distraídos de la primera jornada, aunque nos dejasen un regustillo a ajo. Los italianos salieron más contentos porque la cocción del partido les salió adelante y habían empatado con la campeona del mundo. La siguiente imagen de España ha sido avasalladora. Vicente tiene para hacer una Selección A y otra B y con ambas aspirar a todo. Por eso, ver a Cesc encorajinado tras el gol o los debates antes y después de cada encuentro son inevitables. Me tranquiliza que eso lo gestione un gran tutor como Vicente. Fue mucho más convincente el esquema ante Irlanda. Vimos una Selección más cómoda teniendo al chispeante Torres ofreciendo posibilidades al espacio. Tenemos el mejor centro del campo de la historia del fútbol español, pero hay uno que llegó con la batuta resplandeciente: Iniesta. Habría que preguntarle: ¿Hasta dónde te apetece que lleguemos en esta Eurocopa Andrés, mi alma?

Con unos centímetros de menos, la anguila manchega nada tiene que envidiar a Zidane en giros inverosímiles ante un sorprendido defensa que juraría que una milésima antes había alguien ahí. Es un futbolista invertebrado. El desequilibrio es su gran virtud y lo que le diferencia de otros grandes futbolistas. Respetándole las lesiones es carne de lucha por el Balón de Oro, aunque coincidir con los insaciables Messi y Cristiano es su gran hándicap. Pero si les diese por parpadear a estos dos no dudo que nuestro Andrés se colará en esa fiesta.