Un dilema que retrata una época

Diego Costa o Salvio, otra vez el absurdo dilema de cada verano. La cuestión deja mal al Atlético, a su particular política de fichajes, tan dada a desentenderse de ciertos detalles importantes. Lo esencial es mover jugadores, ya se verá luego lo que pone en el pasaporte. El de Diego, cinco años ya en el fútbol español, cuatro cedido, dice que es brasileño. El del Toto, urgencia de un mercado de invierno, un curso de cesión en el Benfica, argentino. Los dos llevan un tiempo echándose a suertes quién se queda en la plantilla. Quique se inclinó por el primero; Manzano (una lesión ahorró dudas), por el segundo.

Siempre se les cruzó algún central extracomunitario contratado sin mirar (primero Godín, luego Miranda) que les impidió la convivencia. Y la tercera plaza fue para un crack: Kun (con perdón) y Falcao. Al colombiano, si los dueños lo permiten, no conviene tocarlo. Tampoco esta vez Costa y Salvio apuntan a titulares, son útil complemento. Sin presumir, ambos se han ganado quedarse. Pero también tienen cartel para entrar como moneda de cambio, son caramelos apetecibles de cesión. Simeone debe decidir. Yo me quedaría con Diego Costa.