Raúl, espejo y referente de los niños
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Raúl va a iniciar en el desierto de Catar su tercera vida. La primera fue un desayuno con diamantes, el que disfrutó con su amado Real Madrid. La segunda ha sido la consumación a lo grande del sueño alemán, con ese Schalke que le adoptó como si fuese un hijo más de su vigorosa familia. Ahora, aconsejado por sus amigos Hierro y Guardiola, va a hacer el más difícil todavía: luchar por ser con Al Sadd el mejor jugador de Asia y aspirar a ganar su primer Mundial de Clubes (ya conquistó dos Intercontinentales con el Madrid en 1998, Aguanís incluido, y en 2002). Pero hasta que inicie en julio su aventura catarí, el gran capitán tiene tiempo para mostrar su lado humano donde más necesitan la aparición de personalidades Top, como Raúl...
Chad sufre hambruna y falta de infraestructuras. Pero allí está Raúl, como Embajador de la FAO, sacrificando una semana de vacaciones en beneficio de esos niños a los que les ha regalado un trozo de ilusión. Mucha gente cree que los futbolistas se meten en estas organizaciones para quedar bien. Pero no es verdad. Viajan allí, se implican con los críos y conocen de primera mano la otra vida. El 7 no estará por desgracia en la Eurocopa, pero sigue haciendo felices a muchos niños. Gracias, Señor Raúl.
