Será cuestión de los ojos con que Del Bosque les mira, será cuestión de su propia calidad, pero lo cierto es que ya resulta frecuente la presencia en la Selección de jugadores salidos de la cantera del Madrid. Aunque no estén en el Madrid. El último caso, llamativo, es el de Javi García, poderoso medio que tuvo algunas oportunidades, pocas, pero que en el Benfica se ha convertido en jugador de cuajo. Llamó la atención en la cantera por su poderío físico y su buena disposición. García Remón me decía de él: "Con el balón le falta algo, la prueba del Bernabéu es difícil, hay que ir despacio con él. Pero llegará".

Antes de llamar a Javi García, Del Bosque ha utilizado en este ciclo de dos años a Borja Valero, Soldado, Negredo y Mata. Y en esta última convocatoria está también Juanfran. Muchos aficionados se preguntan si alguno o varios de estos jugadores no deberían estar en el Madrid. La respuesta es equívoca. Resulta difícil saltar, porque sí, de la cantera al Madrid. Eso fue posible con Raúl, Guti o Casillas, jugadores excepcionales. Y aún ahora, con el nivel que ha adquirido el club, sin límites de dinero ni casi de cuota para fichar extranjeros, sería más difícil. Cada vez es más amplio ese salto, es cierto.

Y se van, y tienen un desarrollo fuera que el club (entendido como el entrenador de turno) no se atreve a ofrecerles. Alguno incluso vuelve, como Arbeloa, que fue internacional cuando estaba en el Liverpool. La maduración se produce fuera y lo siguiente es La Roja, ya fuera de la órbita del club. No es sólo de ahora, siempre pasó, y ha habido casos notables, con Rincón a la cabeza. Pero el aficionado no deja de lamentarlo y es inevitable la comparación con el Barça, donde la tendencia es otorgar confianza a todo el que se puede, o así al menos lo ha hecho Guardiola durante su cuatrienio feliz.