NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Elementos contra la alegría

Neptuno, el Atlético y los atléticos tuvieron ayer un final feliz. Y eso que les costó. Porque contra la tradición de las celebraciones, Madrid decidió cerrarle su santuario a los rojiblancos la misma noche de su tercer título europeo en dos años. ¿Se lo habrían hecho al Madrid? ¿Se lo hicieron a los seguidores blancos la semana anterior en la fuente de al lado cuando les tocó ganar? Los colchoneros sospechan que no. Pero la dimensión de su enojo les hizo perder la razón y zanjó cualquier debate: no hay defensa contra las bengalas, los botellazos y la rebelión contra la policía. No fue el único episodio que conspiró contra su ganada alegría. Tampoco ayudó demasiado el gestor mayor, que, también contra la tradición de las celebraciones, de radio en radio, a la voz de "sí, sí, reír, reír, que lo mismo Falcao se va", fue amargando esa noche el sueño de los de su mismo bando (supuestamente). Como si no hubiera otro día para dejar correr una fatal noticia, que, eso sí, ya se daba por descontada.

Las cosas del Atlético, que soporta una leyenda que lo retrata con una lágrima permanente en el ojo. Un equipo condenado a la desgracia, un hincha predestinado a la tristeza... Y la resaca de su último trofeo parecía dirigirse otra vez hacia allí. Pero finalmente pasó de largo. Civilizada, ordenada y masivamente, un día después, los atléticos lograron festejar a lo grande su última victoria. Y se lo merecían.