Neptuno: la barbarie está en las porras

Neptuno: la barbarie está en las porras

Ganó el Atleti la Europa League y hubo un movimiento, tan espontáneo como previsible, de buenas gentes (de muy buenas gentes) atléticas que acudieron a Neptuno a celebrarlo, como es preceptivo. Pero hete aquí que eso tan difuso que se llama Autoridad tenía sus prevenciones ante tal eventualidad. Todo por su orden, sería (digo yo) el principio rector. Si se había establecido que la celebración debía tener lugar el día siguiente (ayer) ¿a qué venían esas efusiones en torno a Neptuno en la víspera? Y sin embargo esas efusiones eran tan naturales como inevitables y no había por qué reprimirlas.

La Autoridad es inextricable, como los designios del Altísimo. Lo que anteanoche valía (leña al mono hasta que hable inglés) ayer no se aplicó. El eje de Madrid pudo ser cortado para que el Atlético exhibiera su copa ante tantas buenas gentes que llevan años sufriendo zapateros, urdangarines, ratos, dívares, goirigolzarris... Unas cuantas decenas de miles de buenos madrileños pudieron olvidarse de esa grey y expresar su júbilo sin pelotazos de goma. Todo un detalle. Pero, ¿por qué anoche sí y no anteanoche? ¿A qué viene esa vieja facilidad para atacar a los aficionados al fútbol?

No sé a qué viene, pero algunos se lo tienen que hacer mirar. En este caso concreto, las autoridades de Madrid, que es mi ciudad. Anteanoche vi a algunos aficionados entrevistados por las cámaras de Punto Pelota, desolados. Un matrimonio había perdido a sus hijos, en la carga, un simple hincha estaba asombrado de lo que había ocurrido. Viéndoles me pregunté quién manda a esos cuerpos que aplican su fuerza tan ciegamente. Traen de tiempo atrás la idea de que el hincha de fútbol es bárbaro, reprimible, carne de porra. ¡Qué error! La barbarie está en las porras, no en los hinchas. Se vio anteanoche.