Casillas, un capitán intocable
El mejor portero del mundo volvió a aparecer anoche en el Bernabéu para intentar el milagro. El público coreó a su Mesías y se puso en las manos que nunca fallan, pero esta vez fue insuficiente. Casillas cumplió sobradamente, pero el guión fue cruel para su equipo. Ha sido una temporada complicada para Iker por varios motivos. Ha tenido algunos fallos inusuales en partidos concretos que han sido severamente juzgados y, sobre todo, se le ha puesto en una situación incómoda en el vestuario con aquellas chorradas sobre topos y filtraciones. Imagino que Mourinho habrá tomado nota definitivamente de que tiene el privilegio de entrenar al mejor portero del mundo y a un gran capitán. Iker es parte del escudo, es intocable, y tiene la personalidad suficiente como para alzar la voz cuando su entrenador o alguien en el club blanco hace algo que no es lo más conveniente para la entidad.
No hace falta que siempre esté de acuerdo con los pensamientos de Mourinho, lo que realmente es necesario es que continúe haciendo milagros bajo la portería madridista y honrando el brazalete de capitán que algunos incluso se atrevieron a poner en cuestión. El abrazo significativo entre entrenador y portero fue una de las imágenes de la semifinal ante el Bayern. Mourinho ha entendido que Iker no necesita atacar a nadie ni sentirse presionado para seguir demostrando que es el mejor portero del mundo.