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Un lunar que lleva a Champions

Un borrón lo tiene cualquiera. Lo sucedido el pasado sábado en La Rosaleda le puede venir incluso bien al Málaga para saber que es mortal y que no es invencible. La derrota contra el Betis, a pesar de inexplicable por las numerosas ocasiones creadas pero no materializadas, servirá para ser cauto e ir por el camino que queda, que no será de rosas, de manera tranquila. Hay mimbres, equipo está de dulce, ilusionado y con las ideas muy claras. El sueño de acabar tercero o cuarto se puede hacer realidad, pero para que eso ocurra hay que tener la cabeza fría y la fuerza necesaria para afrontar los ocho partidos con la misma intensidad que, por ejemplo, los seis anteriores a la derrota, donde demostró solvencia, superioridad, credibilidad y manejo de los partidos a su antojo.

Otra cuestión son las deudas que tiene el Málaga. El pasado viernes saldó la que tenía con Osasuna, dos millones de euros más 6.000 euros por la comisión del pagaré y ahora Patxi Izco, presidente osasunista va a reclamar los intereses. Con el Hamburgo llegó a un acuerdo para el pago de 1.750.000 euros por el traspaso de Joris Mathijsen. El primer problema para que le otorguen la licencia UEFA se solventó. Ahora faltan los jugadores y que se regularicen los pagos de próximos vencimientos. Fernando Hierro, está en ello, pero necesita seguridad por parte del propietario de que no va a haber más atrasos. El jeque está ilusionado con la clasificación para la Champions, pero la imagen del Málaga, de Catar, del jeque y de Hierro, está por encima de todo. Sé que los clubes son muy crueles con el Málaga, porque no le perdonan cualquier retraso y le atizan. Esto es muy largo y pueden pasar muchas cosas. El Málaga es un sentimiento. Volveré.