Iniesta y la estampita de Iniesta

La mayoría de los goles de Andrés Iniesta son un pase a la portería. Con la excepción del gol que nos hizo campeones del mundo en Sudáfrica, Iniesta suele centrar a las mallas, como si no hubiera portero. Así abrió la lata anoche de la Vinotinto. La Roja, vestida de azul celeste, de purísima y oro, como los toreros de arte, fue subiendo inexorablemente, como la marea, y tras el larguero de Ramos, los tres remates de Llorente, un disparo de Silva y otro del propio Andrés, llegó el 1-0 que hacía justicia al tiqui-taca celestial de los mejores del mundo y abría el camino a una espectacular goleada.

Iniesta estuvo cerca de ser campeón del mundo Sub-20 en el Mundial celebrado en Emiratos Árabes en 2003. Antes de cada partido, Andrés besaba una estampita que llevaba consigo a buen recaudo. Aquella estampita no le valió a Iniesta para ganar aquel Mundial Sub-20 (España perdió la final con Brasil). Pero sí le sirvió para ganar el Mundial 2010 con la Absoluta. Y para jugar como los ángeles.