Del Bosque no quiere lo atlético
El Atlético tiene un problema con el seleccionador, cada vez hay menos duda. Del Bosque lo niega (quizás ni se da cuenta), pero sus convocatorias le delatan. Como tampoco se ha sentido muy apretado (cuesta atribuir maldad a quien ha demostrado integridad o discutir a quien vuela con el título mundial) y además el agraviado no tiene quien le considere asunto mayor (no cuela su nombre por delante de la página diez ni en los diarios de su ciudad), Vicente se saca de encima el murmullo como si nada. Pero los datos son más contundentes que las coartadas. En tres años y medio, ha alineado a 43 jugadores diferentes (incluidos ya Muniain y Soldado), procedentes de 16 clubes distintos. Y sin un patrón fijo: lo mismo prioriza el rendimiento que la antigüedad, los minutos de juego que la presión de la prensa, la estrella en la solapa que la estancia en la Sub-21.
No hay criterio único ni por demarcación (llegó a llamar más porteros que laterales). A punto de los 51 partidos en La Roja, sólo se reconoce un denominador común: los que juegan con Del Bosque no pertenecen al Atlético (el equipo que, después del Barça, más títulos ha ganado en esta etapa). Nadie. Con Juanito (que dejó de ir al cambiar de camiseta) o con De Gea, con Reyes o con Domínguez, ahora con Adrián, el seleccionador siempre vio motivo para no hacer aprecio. Partido a partido, el ninguneo quizás encuentre defensa. Reunidos los 51 a la vez, el caso no se sostiene. Hay sentencia: lo rojiblanco le repele.