Cinco, pero hay que mejorar

El Málaga durmió en Europa. La goleada al Zaragoza sirvió para regresar a puestos europeos, para lo que está confeccionado este equipo. Pero cuidado, que el juego, insulso, no invita al optimismo. Lo mejor fue el resultado, porque el equipo malagueño volvió a cometer los mismos errores de otros partidos. El Málaga comienza bien los encuentros, pero cualquier incidencia, cualquier contratiempo por falta de contundencia e intensidad, permite al rival crear peligro y en algunos casos marcar como le sucedió al Zaragoza. La diferencia con equipos defenestrados como el aragonés es la calidad de los jugadores. Un zarpazo con algo de suerte de un buen Isco destrozó un trabajo hasta esos momentos impecable del equipo dirigido por Manolo Jiménez.

Pero eso no va a pasar siempre y por La Rosaleda tienen que desfilar equipos que se juegan el descenso como el Racing, el Sporting de Gijón o la Real Sociedad, y otros que apuntan a Europa como el Rayo Vallecano, el Levante o el Valencia, que no darán tantas facilidades. Lo de ayer sirvió para coger moral y borrar lo sucedido en Bilbao. A partir de hoy hay que pensar que ese no es el camino. El Málaga es un sentimiento. Volveré.